Todos buscamos resultados inmediatos, en casi todos los órdenes de la vida, pero nuestro organismo nos enseña que estamos equivocados, cuando nos hace pagar un precio por ello y en los entrenamientos esta situación se manifiesta constantemente, cuando llegan las lesiones.
Por lo tanto todo programa de entrenamiento abdominal o físico en general, que prometa soluciones o resultados rápidos, terminan siendo de carácter temporal y a la larga perjudicando cualquier meta u objetivo a lograr.
Existe una premisa que todo adepto al deporte debe tener siempre muy presente y es la siguiente; “los avances siempre deben ser graduales y progresivos, si quieres resultados duraderos”, por lo cual se debe planificar una lenta y constante progresión, para alcanzar nuestras metas y esto se aplica a todo los ordenes de la vida.
La mayoría de la gente que se somete a un entrenamiento exhaustivo con la ilusión de avanzar rápidamente, lo único que consigue son retrocesos y lesiones, derivando en una absoluta frustración, ya que la recompensas solo se obtienen con el tiempo, el esfuerzo y la coherencia.
Pero también se debe tener muy en cuenta que existen factores externos al entrenamiento, los cuales influyen cuando no podemos alcanzar nuestros objetivos y esto son los factores genéticos, ya que hay personas que logran marcar sus abdominales en poco tiempo y en cambio a otras les cuesta el doble y a veces no llegan a lograrlo a pesar de grandes esfuerzos.
Esto no significa, que no se pueda mejorar la apariencia, pero sí que se necesita establecer expectativas realistas, evaluando todas nuestras condiciones individuales.
Vía| Ezine
Imagen: Hot_Hunk_Reborn