Puede que el aspecto más complicado de cambiar nuestra dieta sea abandonar los alimentos que adoptamos como parte de nuestra rutina alimentaria. Es posible encontrar sustitutos a nuestros alimentos preferidos que posean menos impacto en los niveles de azúcar en sangre en el cuerpo con respecto a su contraparte alta en carbohidratos.
Muchas personas, por ejemplo, no conciben su dieta sin consumir pan. Si bien existen alternativas, en ciertas ocasiones pueden ser difíciles de encontrar, como panificados especiales bajos en carbohidratos (es importante leer la información nutricional con cuidado y notar el porcentaje de carbohidratos), tortillas reducidas en carbohidratos, galletas crocantes altas en fibras y demás.
Existen también panes que son menos glucémicos, lo que quiere decir que no se convierten en azúcar dentro de nuestros cuerpos a la misma velocidad que el pan normal. Estos panes suelen ser muy densos, con porciones de granos en ellos, o bien hechos de brotes. Básicamente, mientras más fina sea la harina, más fácilmente se convertirá en azúcar en nuestro cuerpo. Los panes integrales hechos con harinas muy finas elevan el azúcar en sangre tanto como panes blancos.
Por otro lado, con respecto a los fideos y la pasta encontraremos varias alternativas reducidas en carbohidratos. Pueden ser tanto aquellas que estén etiquetadas como reducidas en carbohidratos o bien fideos shirataki u otros especiales. Cocinar pasta integral al dente hará que la misma sea menos glicémica. Una pequeña porción de esto funcionará bien en una dieta de carbohidratos moderada, y es una costumbre italiana consumir pequeñas porciones de pasta junto con las comidas.
Originally posted 2011-06-15 15:36:00.