Primer estrategia: reduce los carbohidratos a la mitad.
Cuando la ingesta de carbohidratos se reduce, el cuerpo recurre a la grasa para obtener energía. Así que para empezar a perder peso drásticamente, reduce a la mitad tu ingesta de este nutriente por cuatro días, sin variar tu rutina de entrenamiento (de más está decir que seguir este plan sin entrenar no tendrá ningún tipo de resultado). Esto reduce las calorías y controla la insulina, un químico que aumenta el apetito.
La forma más sencilla para implementar esto es reducir a la mitad la porción de carbohidratos en las comidas. En lugar de un panecillo, córtalo a la mitad.
Continuar con este acercamiento por mucho tiempo puede ser perjudicial, así que regresa a tus porciones normales al cabo de estos cuatro días. Al introducir nuevamente los carbohidratos a tu dieta luego de este tipo de reducción drástica, esto aumenta considerablemente el metabolismo. Además, cuando el cuerpo sale de este tipo de tratamientos de shock, se vuelve más eficiente al almacenar los carbohidratos como glucógeno muscular.
Segunda estrategia: Eleva tus niveles de hormona de crecimiento.
Si bien adelgazar se relaciona principalmente con las calorías, también tienen que ver las hormonas. Este paso debería hacerse un hábito, como lavarse los dientes, y para facilitar esta tarea al organismo, no consumar carbohidratos en tu última comida del día. Al irte a dormir con menor cantidad de azúcar en sangre, el cuerpo está más preparado para aumentar la producción de hormona del crecimiento, lo que aumenta la pérdida de grasa.
Originally posted 2010-09-23 09:56:00.