El término “alimentos funcionales” se utiliza para aquellos alimentos que tienen un efecto potencial positivo en nuestra salud. Por supuesto, todos los alimentos son funcionales en el sentido que poseen nutrientes u otras sustancias que aportan energía, crecimiento o ayudan a los procesos vitales.
La diferencia radica en que los alimentos funcionales suelen ofrecer beneficios adicionales que disminuyen el riesgo de enfermedades o promueven el estado óptimo de salud. Algunos ejemplos son jugos de naranja fortificados con calcio, o mermeladas con omega 3 añadido.
El uso de este término no se encuentra regulado, pero los suplementos y nutrientes añadidos a los alimentos sí lo está. Como consumidor, la mejor opción siempre será utilizar nuestro sentido común al momento de optar por una versión u otra del alimento, y siempre prestar especial atención a la etiqueta de información nutricional, así como la lista de ingredientes, incluidas en todos los alimentos procesados.
Originally posted 2011-07-14 21:27:12.